Las hormonas tiroideas ejercen una función en la regulación del ciclo menstrual, el desarrollo folicular y el embarazo, entre otros procesos. Un mal funcionamiento puede producir un desequilibrio metabólico que puede ser causa de infertilidad, así como dar lugar a complicaciones durante el embarazo.

Es nuestro centro neurálgico. El espacio donde tienen lugar los complejos procedimientos que permitirán lograr ese deseado embarazo.